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Tentaciones de otra época. La cursilería implacable del Flaco de Oro

Salón Cervecero, Flaco de Oro

Tentaciones de otra época y la cursilería implacable del Flaco de Oro  

Don Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, mejor conocido como Agustín Lara, el romántico, el bohemio, el poeta… Imágenes venerables de una pareja sentada en el parque, a la tía preparando la comida , o al abuelo reclinado en su silla favorita con los brazos al pecho, recordando la dulzura de otra época.  ¿Sin embargo, realmente qué tanto sabemos del Flaco de Oro además de que Natalia le hizo un homenaje?

De cursilería absoluta y demoledora, su primer éxito, la canción Imposible, de 1926 es un canto al deseo de la carne que pone en jaque la moral social de la época para dejar ver la cara real del “México pecador”

 

“Yo sé que es imposible que me quieras,

que tu amor para mí fue pasajero

y que cambias tus besos por dinero

envenenando así mi corazón.

Yo sé que tus infamias de perjura

incitan mi dolor para olvidarte

te quiero mucho más en vez de odiarte

y tu castigo se lo dejo a Dios”.

Agustín Lara,1926

 

El éxito de Imposible fue absoluto y desde ese entonces los sacerdotes se pronunciaron en su contra, cosa que le ocasionó únicamente mayor popularidad entre la juventud y la permanencia en la memoria colectiva, en tiempos donde una institución llamada la Liga de la Decencia (damas y caballeros muy católicos, muy adinerados y con influencia en las altas esferas) era la que ponía las reglas.

En aquella época, el romanticismo del Flaco fue mal visto e incluso prohibido  por esos ceñudos inquisidores, tanto, que tuvo que cambiar la letra de la canción Palabras de mujer, debido a que el Gobierno prohibió su reproducción en las radiodifusoras. En 1934, durante la Clausura del Congreso de Mujeres Intelectuales contra la Prostitución, la señorita María de los Ángeles Farías propone el boicot de Lara “en virtud de que todas sus canciones son de un erotismo subido”.

Los calores que causó el Flaco en la high society, llevó a que en enero de 1936, la Secretaría de Educación Pública dispusiera el destierro de las canciones de Lara en escuela públicas por “inmorales y degeneradas”, al pervertir a los niños con su letra obscena, en una época donde paradójicamente, había más burdeles que templos.

Si no puedes con ellos…

Con todo y la doble moral impuesta, ganó el deseo hacia lo prohibido, y lo que parecía Imposible, fue el inicio de un repertorio que le cantaba a la vida nocturna, a los prostíbulos y a la vida galante.  De la Chapultepec Heights a la popular Bondojito, sus letras fueron el estallido de una noche de cubas;  la voz que apaciguó los gritos ahogados de un pueblo sometido por el yugo de las buenas costumbres.  

Para los años cincuentas, Lara ya era considerado un baluarte nacional, ciudadano del mundo; no era el típico galán como lo serán después Pedro Infante o Jorge Negrete, pero eso sí, galán implacable.  De Cecilia Montealbán a María Félix, Lara fue el acompañante que proclamaba la bohemia y el hedonismo.  Hoy, disfrazado de fox trot, tarantela o paso doble, el folclor romántico y meloso que se le atribuye al Flaco de Oro, el gran enamorado de México, apenas deja entrever la verdadera revolución de la conciencia y sexualidad que significó para una joven quinceañera de mediados del siglo pasado.  

Lara aceptó ser cursi al cabo de los años y así lo revela en La Gloriosa Dicha, una entrevista otorgada a la revista Siempre! en abril de 1960.  “Soy ridículamente cursi, y me encanta serlo. Porque la mía es una sinceridad que otros rehuyen… ridículamente”

Para entender la mítica alrededor de la figura del Flaco, aquí un fragmento del  Harem Ilusorio del Amor Perdido.  Monsiváis, 1977

 

Allí está Agustín Lara

pianista de burdel a que una prostituta

le infligirá una cicatriz indeleble

profeta en su tierra y veracruzano profesional

el esposo de María Félix y otras nueve mujeres

el aficionado a los estímulos del coñac y la droga

el enamorado de España

el hombre que no le tuvo miedo

ni a los sentimientos

ni a su expresión febril

 

Así que marquen bien estas palabras, y antes de pensar en “la dulzura del recuerdo” mientras suena el Flaco en el estéreo, escuchen bien dos veces, que esos ritmos indefensos y letras juguetonas, vienen muchas veces cargadas con tentaciones de otra época.
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Acompaña las tentaciones de otra época con una Flaco Adorado madurada con sal de mar y la selección musical del Cancionero Cervecero en Spotifiy

 

 

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